lunes, 25 de junio de 2012

4 entrevistas en 10 meses


Tenía pensado otro post para hoy, pero me acaban de llamar de una de las empresas con las que había hecho una entrevista para darme una coz. Esto se merece una entrada en el blog.

En total he participado en cuatro procesos de selección en 10 meses.

La primera entrevista fue con una empresa de esas que se apellidan executive search. Salí tan victoriosa de aquello que a la semana tuve la segunda, esta vez con la empresa final. Todo estaba a mi favor. Tenía muy buenas vibraciones.

A las 3 o 4 semanas me llevé la primera en la frente. Gracias por participar, nos guardamos tu CV porque es muy interesante. Mmmm… sí, bueno, gracias a vosotros. Adiós.

A mediados de mayo empecé en un nuevo proceso. Esta sí que sí. Yo era idónea para el puesto. Nadie mejor que yo. El proceso iba a ser rápido, tenían muchísima prisa, necesitaban a alguien con mi perfil y experiencia. Sigo esperando…

Quince días después llegaron los dos siguientes procesos de selección. Dos en la misma semana. ¡Estaba que lo tiraba!

Entrevista empresa number one: en mi línea. Triunfé. Me dijeron que había pasado a la lista de los elegidos. Yo, una entre casi 2.000 candidatos. Baja modesto que subo yo. Soy la milk.

Bueno, pues me acaban de descartar con mucha elegancia. Gracias por participar, nos guardamos tu CV porque es muy interesante.

Entrevista number two: tiene dos partes. La primera me fue fenomenal como no podía ser de otra forma. Qué buen rollo, qué gente tan maja, qué buena onda, yo creo que esta es la mía. Y no me equivoqué. A la semana volví para entrevistarme con un jefazo de fuera que estaba de paso. Esta vez en inglés. Yo, que presumo de hablar decentemente el idioma la cagué pero bien. Está claro que si no lo utilizas en tu trabajo diario no tienes soltura ni vocabulario específico. Y claro, como yo no trabajo…

Estos también tenían mucha prisa. Sigo sin despegarme del móvil por si me llaman.

Resulta curioso que en todos estos procesos siempre quedo finalista pero nunca vencedora.


jueves, 21 de junio de 2012

El INEM


Dícese del Instituto Nacional de Empleo.

Instituto: organismo oficial que se ocupa de un servicio concreto.
Nacional: perteneciente o relativo a una nación.
Empleo: acción y efecto de emplear.

Todo mentira. 

El INEM ni es nacional ni es de empleo.

No es nacional porque las competencias están transferidas a las comunidades autónomas. Así que este servicio para a ser regional.

No es de empleo porque no se ocupa de emplear a la gente, sino de gestionar los pagos de las prestaciones por desempleo (¿conocéis a alguien que haya encontrado trabajo a través del INEM?). Mmmmmmmmmmmmmm…. creo que no.

Más datos. Si tecleas www.inem.es se abre una página oficial que dice: El INEM no existe. 

¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyy maaaaaaaaaaaaaadrrrrrrrrrrrrreeeeeeee!!!

Y sigue: El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), desde la publicación de la Ley 56/2003 de 16 de diciembre, de Empleo, es el responsable de  la ordenación, desarrollo y seguimiento de los programas y medidas de la política de empleo a nivel nacional.
Junto a los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas forman  el Sistema Nacional de Empleo.

Pero ¿cómo? ¿qué? No entiendo. ¿Y entonces a mí quién me paga? Pero si cuando recibo la prestación todos los meses dice: abono del INEM – pago de desempleo (literal, copiado de la página del banco). 

¡Qué lio!

Sea lo que sea, de momento, a mí me está pagando. Así que voy a cerrar el pico que tanto va el cántaro a la fuente…  

martes, 19 de junio de 2012

El networking


Después de 16 años de carrera profesional (15 en realidad porque hace casi un año que soy buscadora de empleo), puedo presumir de tener una gran red de contactos profesionales, también llamada networking.

Pues bien, ¿cuántos de esos contactos me han echado una mano? Lo puedo decir más alto pero no más claro: NINGUNO. Bueno, en realidad uno, pero fue para decirme que no podía hacer nada, que no había presupuesto, que estaba todo parado.

He descubierto que hay dos clases de contactos que conforman el networking (por lo menos en mi caso):

- Profesionales: ex clientes, antiguos proveedores y colegas de la profesión. Se reconocen enseguida porque esconden la cabeza y si te he visto no me acuerdo.
- Personales: los amigos. Estos se mojan, pero como es lógico hay que facilitarles la tarea, recordarles que buscas trabajo e investigar qué pueden hacer ellos por ti.

Se supone que los headhunters, ETTs y demás existen para facilitar el contacto entre las empresas y los buscadores de empleo. Pues no. Tienes que tener un contacto de primer o segundo grado dentro porque si no tu CV no lo ve nadie.

Funciona así: si encuentras una oferta que te interesa y para la que crees que tu candidatura es válida empieza a indagar. Esta tarea no es fácil, aunque algunas redes sociales ayudan. Es fundamental que algún conocido te pueda proporcionar un contacto en la empresa final o en el intermediario. Si no no conseguirás nada.

Después de tantos meses de búsqueda de empleo estoy ampliando considerablemente mi networking y descubriendo cosas verdaderamente interesantes.

Pero para leer sobre eso habrá que esperar porque tengo muchos capítulos en cola. 

lunes, 18 de junio de 2012

El teléfono que nunca suena


Vivo pegada al móvil. Debería relajarme, lo sé, pero como decía un anuncio de audífonos de la teletienda "no pierda un vuelo por no oír la llamada". Pues eso.

Del dormitorio a la cocina a la hora del desayuno, después a mi oficina, para volver otra vez a la cocina a la hora de comer y a la oficina por la tarde. Todo eso con el móvil en la mano. La casa no es muy grande, así que bastaría con dejarlo en un sitio fijo para oírlo si suena. Pero me siento más tranquila si va conmigo.

Es tal el bonding que tengo con mi smartphone que hasta me pongo nerviosa cuando voy en el Metro y no hay cobertura. Claro, seguro que justo ahora me llaman para alguna entrevista.

Para más inri, pensando en que el tráfico de mails iba a ser fluido y constante contraté una tarifa plana de datos para no perderme ninguno. Ahora que me he dado cuenta de que no me hace falta porque estoy siempre en casa con el ordenador encendido ya no me puedo dar de baja, porque la super oferta que contraté implicaba un compromiso de 18 meses. Un chollazo.

Pero nadie me llama para un trabajo. Nadie. Ni siquiera mi marido me llama para preguntarme qué tal estoy porque estamos todo el día en casa juntos.

Un momento, está sonando el teléfono.

¿Quién es? Mamá. 

Adoro a mi madre.

sábado, 16 de junio de 2012

Nojobs en Infojobs



7 de cada 10 ofertas de trabajo publicadas en internet están aquí” dice la cabecera de Infojobs.

Es cierto que es una de las páginas más utilizadas, pero después de unos meses tengo mis dudas de que a mí me sirva para algo.

Llevo webeando en Infojobs casi un año. Paso mucho tiempo aquí porque busco trabajo para dos. No es complicado porque como ya he dicho mi marido y yo nos dedicamos a lo mismo. Lo difícil es repartirnos las pocas ofertas que hay y decidir a cuál nos apuntamos cada uno. Pito pito gorgorito.

Este es un resumen de mi actividad en Infojobs desde el 28 de agosto de 2011:
  • Ofertas en las que me he inscrito = 66
  • CV leidos = 25
  • Ofertas en las que he sido descartada = 38 (qué raro, pero si mi CV sólo lo han leído 25, aquí hay gato encerrado)
  • CV incluido en el proceso = 6
  • Llamadas = 0


¿Es o no es para desmoralizar a cualquiera? 


Cada vez soy menos selectiva con las ofertas de empleo. Me refiero a que antes aspiraba a apuntarme a ofertas que se adaptaran lo más posible a mi perfil (por años de experiencia, por puesto o por salario). Pero de eso NO hay. Niente.

Ofertas, haberlas, haylas.

Veamos un caso práctico. Metemos por ejemplo en el criterio de búsqueda la palabra “marketing” y la provincia “Madrid” (estoy haciendo el ejercicio a la vez que escribo esta entrada). ¡653 ofertas encontradas con fecha de hoy! Jaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrr.

Pues bien, resulta que la 4º oferta que aparece ya está marcada como leída. Claro, la leí ayer. Y de ahí en adelante más de lo mismo. Total ofertas encontradas hoy = 3. A saber: comercial sector servicios, webmaster autónomo y departamentos de promociones-personal joven. 

viernes, 15 de junio de 2012

Mis alertas de empleo


Todas las mañanas, café en mano, me dirijo a mi puesto de trabajo (la habitación al fondo del pasillo). Abro el correo electrónico y me encuentro, como mínimo, con los siguientes emails: quieroempleo, monster, experteer, careerbuilder, simplyhiredalerts, yaencontre, indeed, novedades trovit, jobomas, laboris.

Es evidente que me llegan porque en algún momento me apunté a lo que se llaman alertas de empleo, que no son más que eso, alertas. Te avisan por mail cada vez que hay alguna oferta en la red que se ajusta a tu perfil  (según las palabras clave que hayas definido previamente). Se supone que esto te evita la fastidiosa tarea de buscar trabajo diariamente.

Veamos. Los términos incluidos en mis alertas fueron más o menos los siguientes: comunicación, RRPP, marketing, publicidad, cuentas… y sus equivalentes in inglis (que para eso una ha ido a colegio de pago donde ha aprendido idiomas) account, advertising, communication, PR y algún que otro vocablo más relacionado con la profesión.

He aquí un ejemplo de lo que me encuentro en mi ordenador. Ejem, ejem.


Hoy me he encontrado además este otro mensaje: “Tenemos 734 vacantes nuevas de Soporte técnico en…”


Vamos a ver, ¿es que no entendemos el castellano? ¿Acaso no he dicho que me dedico al marketing, la publicidad y la comunicación?
Pensándolo mejor… soporte técnico y para colmo 734 ofertas. ¿Debería cambiar de profesión? 






jueves, 14 de junio de 2012

¿A qué te dedicas? Soy buscadora de empleo.


Y es que buscar empleo se ha convertido en un trabajo en sí mismo.

Se empieza por las típicas páginas de internet: infojobs, linkedin, empleo El País, Monster (dedicaré una entrada específica a algunas de ellas porque lo merecen). Al principio es muy emocionante. Te las guardas en favoritos porque sabes que las vas a visitar a diario.

Poco a poco vas descubriendo que existen multitud de páginas más, pero que todas te redireccionan a las mismas ofertas.

Pasas horas delante del ordenador. Primero rellenando formularios. Porque no hay un modelo que sirva para todas las páginas. Noooo. Cada una tiene el suyo. Así que venga, siéntate y teclea: datos personales, estudios, experiencia laboral (hay que meter las empresas una a una, menos mal que yo he trabajado sólo en dos), idiomas (nivel de lectura, oral y escrito), aptitudes, recomendaciones, foto, etc. Y todo esto para que al final puedas además insertar tu CV en texto. Manda eggs.

Una vez tienes tus datos metidos en todas las páginas empieza la búsqueda diaria


Para los menos expertos en la materia paso a explicarlo en un breve tutorial:
  • Pinchar en la pestaña ofertas de empleo.
  • Introducir palabra clave. Esto es un problema, porque hay muchas palabras clave por las que se puede buscar un trabajo, así que este paso hay que repetirlo infinidad de veces cada día.
  • Introducir ciudad. Otro problema. Puedes elegir una ciudad o todas, pero no varias a la vez. Así que este paso también hay que repetirlo infinidad de veces.
  • Pulsar buscar.
  • Cuando aparecen los resultados hay que hacerse a la idea de que el 99% no se ajustan a tu perfil. Utiliza el menú lateral para afinar los criterios de búsqueda: por salario, años de experiencia, nivel de estudios, tipo de contrato.
  • Inscribirse en la oferta. Aquí también hay opciones. Inscribirse de manera normal y corriente o con servicio Premium. Nunca lo he probado porque hay que pagar.
  • En una pestaña que se llama mis candidaturas puedes ver si la empresa ha leído tu CV, si te han descartado o si, por el contrario, tu candidatura se ha incluido en el proceso. Esta última hace que te sientas importante, valorada, reconocida.
Pero no cantemos victoria. Nunca te llaman de esas candidaturas para las que te han preseleccionado.

La ardua tarea de hacer un CV

Me explico. Trabajé en la misma empresa durante 14 años. Entré a través de una gran amiga que trabajaba allí. Debían de tener tanta prisa por encontrar a alguien que la entrevista fue hola y adiós. Fue tan rápida y me prestaron tan poca atención que durante muchos años mi jefe creyó que yo había estudiado derecho. Menos mal que una se hace querer y sabe demostrar lo que vale.


Mi segundo trabajo surgió del primero, así que ni CV, ni entrevista, ni nada que se le parezca. Bastó con "¿te vendrías a trabajar conmigo?".


Así que llego a España y me enfrento a la ardua tarea de preparar la presentación de mi trayectoria profesional. No es nada fácil. Como comenté en otra entrada he hecho casi de todo dentro de mi sector. No es que me considere un crack, sino que 15 años dan para mucho.


Una vez recibí en la agencia un CV que me interesó mucho. No por el perfil de la persona sino por como estaba estructurado. En aquel momento no estaba buscando trabajo, en absoluto. Todo lo contrario, mi carrera en la empresa iba como un tiro. Pero como la que suscribe es muy eagle, se lo escaneó y lo guardó.


Así que busqué en el baúl de los recuerdos, lo rescaté et... voilá. Ya tenía el formato. Para el contenido me estrujé el cerebro y tras varios intentos conseguí algo que quedó bastante digno.


Ahora me encuentro con que tengo 4 modelos de CV. Todos sabemos que no conviene mentir (no vaya a ser que en la entrevista te pillen), así que me ceñí a la puritita realidad. Pero según iba viendo ofertas de empleo me daba cuenta de que tal vez era demasiado senior para lo que el mercado demandaba. Así, desde mi primer CV como profesional senior, account manager, account director y demás términos que suenan tan bien, pasé a un modelo más light, el de responsable de... hasta terminar con el simple departamento de cuentas.


Y heme aquí 10 meses después utilizando uno u otro modelo según convenga. Porque ya no soy tan selectiva con las ofertas de trabajo. Que no está el horno para bollos.



miércoles, 13 de junio de 2012

Julio 2011. Llegamos a España


Recién casados y con una cuenta corriente con algunos eurillos que nos habían regalado por la boda llegamos a España.


No podría describiros mi felicidad. Era verano, hacía calor (veníamos de morirnos de frío en el cono sur), la ciudad me parecía fascinante, limpia, moderna. Y la casa... se me saltaban las lágrimas de estar otra vez en ella. Es increíble como 4 paredes y unos cuantos muebles de Ikea pueden hacer que te sientas tan a gusto. Estaba relajada, feliz, en paz.


10 horas después de llegar nos fuimos de vacaciones a la playa. Más chulos que un ocho. Oye, si total ahora en agosto no se mueve nada, ya empezaremos a buscar curro en septiembre. Y allí estuvimos tres semanas. No una, ni dos, sino tres. Como los ricos.


La última semana de agosto y las primeras de septiembre nos dedicamos al papeleo. La tarjeta de residencia de él, el alta en el Inem (muy importante puesto que yo tenía derecho a cobrar el paro), la tarjeta sanitaria, el empadronamiento, etc, etc, etc.


Y no contentos con las tres semanas de vacaciones que nos pegamos en la playita y como no habíamos tenido viaje de novios y como total hasta finales de septiembre no se mueve nada... nos fuimos de viaje... otra vez. Sólo tres días, pero al continente africano y a hotelazo. Como los ricos.


Y heme aquí 10 meses después sentadida delante de mi ordenador escribiendo sobre como buscar trabajo y no morir en el intento.

Inicio: reflexiones casi un año después


No hay nada como tener un día de bajón para tomar la decisión de ponerse a escribir.


La temática de este blog no es nada original (¿qué hay de original en buscar trabajo hoy en día en España?). Lo único que espero es que me sirva como vía de escape para expresarme. A veces estaré contenta, a veces triste, a veces optimista, a veces pesimista, a veces...


Empezaré por contar mi historia. Tengo 39 años (rozando los 40). Soy licenciada en periodismo y durante muchos muchísimos años trabajé en una agencia de publicidad. Hice de todo. Que nadie piense mal, me refiero a todo lo que se puede hacer en una agencia de publicidad. Fui assistant en el departamento de medios, ejecutiva de cuentas, directora de cuentas y hasta socia (¡wow!).


Pues bien, llega la temida crisis y, oferta laboral en mano, decido cruzar el charco y emigrar al nuevo mundo. En otro capítulo hablaré de mi vida laboral allí.


Lo mejor de esa experiencia... encontré a la persona con la que quiero (y espero) pasar el resto de mi vida. No voy a dedicarle un capítulo aunque es evidente que aparecerá nombrado en muchas ocasiones. Me lo reservo para mí.


El caso es que el nuevo mundo no me resultó tan nuevo, sino todo lo contrario.


No paraba de pensar en lo bueno que sería volver a vivir en España, la calidad de vida que allí había (sí, sí, dicho en pretérito: "había"), mi casita, mi familia, mis amigos...


Y así empecé a hacer campaña pro retorno. "España está mal, pero nosotros no trabajamos en el sector más castigado (creo conveniente deciros que mi marido se dedica a lo mismo que yo), ni estamos en las edades más complicadas, mira mis amigos, todos trabajando, además tenemos casa y bla bla bla".


Mi marido, que es un santo, me adora y tiene fe ciega en mi, dijo sí a todo. "Dale, vayamos".


Y heme aquí, una profesional de la publicidad, el marketing y la comunicación, casi un año después sentadita delante de mi ordenador escribiendo un blog para contar como han sido estos meses de intensa búsqueda de trabajo. 
Eso sí, me he hecho una profesional en el manejo de webs de búsqueda de empleo. En otro momento abordaré esto en profundidad. Porque el tema da para mucho.


Termino este capítulo puntualizando que todavía no he encontrado trabajo (por si a alguien le quedaba alguna duda). Y mi marido tampoco.